Flamenco a Bocajarro; es la eclosión de los sentimientos que emergen del subconsciente, es un dejarse ir a través de los distintos mantras, que va desarrollándose en el escenario, estos ritmos son los que te llevan a vivencias sin memoria, de ahí que yo diga que es vivirse a sí misma.
     Es una sucesión de distintas coreografías buscando un lenguaje sobrio y profundo, cuando el ritmo así lo requiere y de ahí pasar a otros palos del flamenco con otras expresiones y sentimientos más alegres o festeros.
     Sin despersonalizar un arte tan pletórico y rico en ritmos y expresiones, siempre cuido de evolucionar por sus propios cauces trato de hacer un flamenco que camina hacia delante sin diluirlo, porque todo aquello que se diluye, deja de ser lo que fue.
     Durante toda mi vida he sentido y siento un gran respeto a la guitarra y al cante, por eso siempre doy un paso atrás para poder dar dos hacia delante, y es siempre esa guitarra y ese cante quien me guía para encontrar ese legado maravilloso, gestado a través de siglos de sabiduría y arte, joyas que encuentro para traer al presente recreado pero nunca diluyendo.
 
Blanca del Rey